"En todas las ficciones, cada vez que un hombre se enfrenta con diversas alternativas, opta por una y elimina las otras; en la del casi inextricable Ts´ui Pen, opta -simultáneamente- por todas..."

sábado, 17 de abril de 2010

La ternura y el espanto...

SI DULCEMENTE

si dulcemente por tu cabeza pasaban las olas
del que se tiró al mar/ ¿qué pasa con los hermanitos
que entierraron?/¿hojitas les crecen de los dedos?/¿arbolitos/
[otoños
que los deshojan como mudos?/en silencio

los hermanitos hablan de la vez
que estuvieron a dostres dedos de la muerte/sonríen
recordando/aquel alivio sienten todavía
como si no hubieran morido/como si

paco brillara y rodolfo mirase
toda la olvidadera que solía arrastrar
colgándole del hombro/o haroldo hurgando su amargura
[(siempre)
sacase el as de espadas/puso su boca contra el viento/

aspiró vida/vidas/con sus ojos miró la terrible/
pero ahora están hablando de cuando
operaron con suerte/nadie mató/nadie fue muerto/el enemigo
fue burlado y un poco de la humillación general

se rescató/con corajes/con sueños/tendidos
en todo eso los compañeros/mudos/
deshuesándose en la noche de enero/
quietos por fin/solísimos/ sin besos

Juan Gelman

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que lindo este poema, profe. No lo entendi mucho pero me suena la ternura como dice usted, como si hablara un nene no?
Un abraso
Cristian

Anónimo dijo...

Querida Laura (con extensiones de índole amistosa para Don Cristian):

Yo tampoco "lo entendí mucho", sólo lo justito para evocar ciertos hechos luctuosos.

A mí también "me suena la ternura", y está bien que sea así “como si hablara un nene”, es sano no dejar del todo de ser un niño (y con esto no quiero decir que me voy a limpiar los mocos con las mangas…)

Siga así, Don Cristian, va por buen camino.


Nunca he creído imprescindible "entender" la poesía. Entender, claro está, desde su significado estricto, no de su(s) significante(s). Porque, y perdonadme por el tono melodramático, a veces basta con que la poesía la entienda el alma, y ésa, ¡ah!, tiene sus propias formas y maneras que nos son inasibles.

Saludos
Heriberón 500 mgs y desintegrándose

Laura Esponda dijo...

Coincido, poeta, contigo y con Cristian. Precisamente lo que conmueve de este poema, como muchos de los de Gelman,es esa mezcla entre la mirada inocente que nunca debimos haber perdido y el terror. Porque el terror se ha naturalizado de tal manera en nuestra percepción del mundo que es maravilloso que alguien vuelva a recordarnos que no es natural, que desde la inocencia de la mirada de un niño, el terror seguirá siendo el terror y las bestias seguirán siendo las bestias.
Un abrazo a los dos!! (Sí, por suerte me siguen brotando brazos a la hora de abrazar, jaja)