"En todas las ficciones, cada vez que un hombre se enfrenta con diversas alternativas, opta por una y elimina las otras; en la del casi inextricable Ts´ui Pen, opta -simultáneamente- por todas..."

martes, 5 de enero de 2010

Cuidate,che...

"Cuidate, che", le dijo un amigo a Manuela mientras se despedían en la puerta de casa pocas horas antes de terminar el año que ya se fue. "Que me cuide de qué", preguntó Manuela con la ingenuidad disimulada de sus diecinueve años (porque si hay alguien que puede simular sorpresas en esta familia, ésa es Manuela) "¿Cómo que me cuide de qué?", se asombró genuinamente el pibe, "Claro... ¿eso es un saludo o una nota de TN sobre la inseguridad? ¿O es una propaganda contra el SIDA?", "¿Por qué no te vas a cagar?", se rió el amigo que aprovechó para darle otro beso y le acarició la cabeza porque se había quedado sin saludo...

Sin darse cuenta, Manuela subvirtió el sentido habitual de las palabras y las volvió nuevas. Y es que a veces el modo en que usamos el lenguaje está en estos tiempos (y en todos los tiempos) tan naturalizado que pocas veces nos detenemos a pensarlo como lo que realmente es cuando no lo pensamos: un instrumento de poder, de dominio, de domesticación. Y de pronto, nos sorprendemos repitiendo ciertos giros, ciertas maneras de "nombrar" la realidad, ciertas frases hechas que mamamos desde que nacimos que, si bien se han vuelto naturales por la fuerza de su repetición, en cuanto escarbamos un poco en su posible origen y su carga de significación literal o simbólica, sentimos que tal vez su uso y reproducción masiva no es ni tan casual ni tan ingenua como creíamos.
Por eso, los invito a frenar la máquina del lenguaje por unos segundos para que pensemos por qué usamos una fórmula de saludo que, en su origen, está ligada a una forma de advertencia en el mejor de los casos, incluso, de clara amenaza.
El "ciudate" es una forma de saludo relativamente nueva (quiero decir: cuando yo era chica o adolescente, incluso cuando era recién casada o cuando los chicos eran chiquitos, nadie saludaba a nadie con un "cuidate") Yo calculo que el giro comenzó a usarse de manera más masiva alrededor de los 90. No es casual que la generación que hoy circula por la década de los treinta sea en su mayoría quien ha incorporado a su vocabulario esta rara forma de saludar al vecino.
Supongo (que alguien me corrija si no) que tiene su origen en la traducción literal del "take care". Intuyo que más que de los ingleses, hemos heredado la expresión de los hermanos norteamericanos y, como todos sabemos, los norteamericanos viven desde sus orígenes, asustados. Son el mejor ejemplo de paranoia social que se conoce en el mundo entero. Obviamente, esto no es casualidad: durante siglos, el poder político de turno, aliado al poder económico, les ha hecho creer a los ciudadanos estadounidenses que vivían en permanente estado de guerra: con los indios, que querían conservar sus tierras; con los negros, que insistían en ser personas y querían recuperar su libertad, con los extraterrestres, con los rusos, con los iraquíes... incluso ahora también con el compañero de trabajo, con el vecino de al lado, con la maestra del nene: todos, absolutamente todos, pueden ser terroristas.... Por lo tanto, es lógico que los norteamericanos hayan incorporado el "take care" casi de manera natural a su lenguaje cotidiano.
Pero... ¿y nosotros?, ¿por qué hemos adoptado tan alegremente un saludo que, antes que un saludo, es un llamado a la paranoia? ¿Qué puede habernos "gustado" de esta alocución de despedida importada que, en lugar de desearnos algo agradable nos previene de un inexplicable "peligro"? ¿No es preferible que te digan: "que la pases lindo el resto del día", "que encuentres al amor de tu vida a la vuelta de la esquina", "que te ganes la lotería esta noche antes de ir a dormir" o los más simples: "que estés bien", "que sigas bien", "buena suerte"? Hasta los más clásicos y asépticos: "buenas noches", "hasta mañana", "mañana será otro día"... son preferibles al alarmante "cuidate" o el mucho peor: "cuidate mucho". Es que uno no puede andar por la vida cuidándose y mucho menos cuidándose mucho, sobre todo cuando el país en el que uno habita, por ahora, no está en guerra ni es Colombia como algunos pretenden hacernos creer...
¿Será que los hábitos que incorporamos a través del lenguaje no son sólo palabras? ¿Será que es verdad que el lenguaje es el instrumento ideal para generar una falsa conciencia del mundo y de la "realidad"? ¿ideal porque lo incorporamos sin filtros, como a través de una criba como bien notaba el personaje de Montag en Fahrenheit 451?
¿O será que no es así?

PRÓXIMAMENTE en Las palabras y las cosas: "Estar en esos días"

8 comentarios:

Luz dijo...

Jajajajajaja
A Manu en ese momento le diría: "¡Qué ocurrente doctor!", como en Les Luthier.

Me encantó esta entrada, al fin alguien sabe explicar, aunque sea sólo de un saludo, cómo influye el verdadero significado de esas palabras establecidas que nos molestan a los que prestamos atención a esas cosas.
Para mí, es como cuando dicen "negro de mierda".
Me encantaría leer algo sobre eso, ya que parece que me explico mal o la gente en verdad no lo entiende.

Besos MamáLaura. :)

Anónimo dijo...

¿O sea que cuando me dijeron "nos vemos" deberían haber usado "nos veremos" para que fuera creíble y cuando me dijeron "te llamo", también omitieron el futuro imperfecto (si es que puede haber otra clase de futuro que no sea ése y no sea aburrido)?
¡Mirá si es hora esta como para que yo me desayune que mi estado civil tuvo siempre problemas semánticos, che!
Buenísimo, mis amigas de la Cofradía y yo aguardamos ansiosas el análisis de "estar en esos días".
Besote a todas ustedes y a la tía también.

Laura Esponda dijo...

A Luz: Prometo un análisis de "negro de mierda" para una de las próximas.
A Nati: jajajajajajajaja! Te quiero, amiga!!!

lafrasca dijo...

Laura, te parece justo hacernos pensar en esta época del año!!!jajajaj
Me encantó...

La palabra y el lenguaje son tan fuertes que de otros modo no se les hubiera ocurrido quemar libros a varios de los trasnochados de lujo que tuvo la historia..

Naty.. piedra libre detrás de la buena pipa!!! jajaja

Manuela Fernández y Mayán dijo...

Siempre encontrás la mejor manera de explicar las cosas... incluso las que la gente cree imposible de explicar. Sos brillante en todo lo que hacés, no me canso de decirlo.
Me encantó esta entrada, aunque sentí que me retabas todo el tiempo (Manuela, en vez de Manu jaja)
Como siempre, leerte me dio satisfacción.

te amo MAMÁ (y va en mayúscula porque me encanta ser hija de mi madre),

Manuela.

Laura Esponda dijo...

Voy a copipastear acá lo que dijo Lili en la entrada anterior, simplemente porque es mi hija y ya no hay babero que alcance:
"Las entradas de Manu son otra obra de arte. Nada me emociona más que esa admiración y amor confeso de tu hija adolescente. Es algo hermoso."
Gracias, Manu, yo también te amo y estoy orgullosa de vos!!
Y gracias, Lili, por el comentario!!

Heriberto dijo...

"los norteamericanos viven desde sus orígenes, asustados. Son el
mejor
ejemplo de paranoia social que se conoce en el mundo entero"

Cierto, Laura, muy cierto. Una excelente sátira de esa situación es
la serie de dibujos animados (*) para adultos "American dad"...

En cuanto a tus razonamientos acerca del lenguaje... merece una
reflexión por mi parte, ya comentaremos

(*) ya sabes (o no) que entre mis múltiples aspiraciones tiene una
importancia cenital, llegar un día a parecerme al Gallo Claudio

María Luz dijo...

La problemática sobre géneros, la vida política en general pide a gritos (JEJE) que pensemos en lo que proponés.
Cuando descubramos qué hicimos y qué hacemos con las palabras, ¿nos callaremos? Por suerte, probablemente, no. Porque hay que seguir proponiendo series que expliquen el universo.
¿Viste? Finalmente, acá estoy. (¿Tu escritura produce adicción?)