Leo con entusiasmo en La Nación de hoy un artículo de Beatriz Sarlo que se titula: “La maldición argentina de ser hoy un representante de la clase media”. Y digo “con entusiasmo” porque me resulta un artículo inteligente, como la mayoría de las notas de esta reconocida intelectual. Porque ni bien empieza el artículo, ya tengo ganas de agarrar un lápiz para marcar aquello que me hace ruido o me gusta o en donde encuentro una cierta contradicción… Quiero decir, me entusiasma que me hagan pensar, discutir con quien me hace pensar, no con quien dice “conchuda”, “chorra”, “andate con Néstor”, “sobame el 44 % (sic) de ésta”,etc.
Contra muchos que salieron a denostar el artículo, yo quiero reivindicar de él algunos aspectos que no me parecen menores. En primer lugar, Sarlo reconoce abiertamente el odio de estos sectores cuando dice “se ha usado el lenguaje del odio contra los planes sociales y la asignación universal ("planes descansar" y "asignación para coger", entre otras frases), que no salió de la cabeza de Cristina, sino de una iniciativa presentada, hace años, por Elisa Carrió” (Eso sí, acá desconoce la diferencia entre planificar y ejecutar, un pequeño detalle, pero seguramente diría lo mismo en el primer peronismo, cuando se decía que las medidas de gobierno las había pensado Palacios, como si el hecho de su ejecución y de su puesta en marcha fuera una acción menor...)
La misma idea se repite en los tres párrafos finales y es algo que suscribo sin ninguna duda:
“Una vez más, éste es el drama. Detestar al kirchnerismo no produce política. Y hoy, en cualquier lugar del mundo, afirmar la primacía absoluta de los derechos individuales (yo hago lo que quiero con lo mío) es una versión patética y arcaica de lo que se cree liberalismo.
Es injusto hacer responsables a los manifestantes de lo que les falta y les sobra a sus consignas. Su movilización indica que hay allí fuerzas dispuestas a jugar en el espacio público.
La responsabilidad cae del lado de intelectuales y políticos que no articulamos una interpelación progresista, democrática y autónoma. No supimos escribir las cosas mejor que en Facebook.”
Otro acierto del artículo es, sin ninguna duda, el hecho de que no hay que minimizar la fuerza de las redes sociales ni banalizar el cacerolazo porque se convocó desde ese otro espacio comunicacional. De hecho, cuando a través de las redes surgió la famosa convocatoria de los oyentes de 678 allá por el 2009 todos lo vimos como un triunfo de la comunicación lateral frente a la centralidad de los medios. Supongo que acá pasó algo similar aunque con intereses contrarios: los “autoconvocados 678” pugnábamos por más política, mientras que los “autoconvocados” del jueves expresan la antipolítica a través del siempre efectivo “son todos chorros”, “que se vayan todos”, etc. De modo que no estoy de acuerdo en que se desestime o se niegue este modo de convocatoria sea del sector que sea.
Como si esto fuera poco, reconoce también el dilema al que se enfrentan los caceroleros entre el modo de convocatoria “espontáneo” (las comillas son de ella) y una manifestación claramente política con consignas antipolíticas, pensamiento que escuché también en los programas de la TV pública a los que Sarlo llama "oficialistas".
Dicho esto, y acordando con su análisis de la contradicción entre los intereses de este sector y la falta de representación política con verdaderas propuestas superadoras por parte de la oposición, quiero discutir algunos conceptos que son los que me hacen ruido y no me permiten acordar del todo con mi querida ex profesora de Literatura argentina II de la universidad.
Lo primero que me hace ruido es cierto uso de ciertas palabritas que ella usa a sabiendas de su fuerte carga semántica negativa por parte de la sociedad. Según ella, el periodismo “oficialista” (las comillas son mías) “hace una discriminación de clase para acusar a los manifestantes, como si las capas medias no tuvieran el derecho de presentar sus reclamos.”. Redondeo el término “discriminación” con mi lapicito y me pregunto si lo hace a propósito o nos toma en serio por tarados. Hasta el más ignorante sabe que la discriminación siempre se ha ejercido contra los más débiles y no contra los que más tienen. (Claro que el concepto de "débil" después de Lanata ha entrado en crisis de manera escandalosa)
Pero esto no es todo, evidentemente quiero creer que habla por boca de ganso o gansa y que realmente no escuchó ni 678 ni Duro de domar ni TVR, programas en los cuales los panelistas, obviamente desde su estar del lado de enfrente de las consignas caceroleras, defendieron firmemente el derecho de estos sectores a manifestarse como más les guste. En este sentido, los invito a ver los programas por Internet para escuchar la rica discusión que se armó tanto en 678 como en Duro de domar con respecto a este problema.
En el mismo planteo dice Sarlo: “La clase media no debe convertirse en una clase maldita. Conoce sus intereses tanto como los conocen los sectores populares. De ellos los separa un vacío: la ausencia de una política progresista que los exprese generosamente.” Y entonces cae en la contradicción o en la falacia de decir que toda la clase media estuvo el jueves representada en la plaza. Error. Olvida Beatriz que gran parte de la clase media apoyó y apoya este proyecto, de otro modo no se explicaría el 54 por ciento de los votos que obtuvo en las últimas elecciones y que se ven favorecidas por un amplio apoyo a la cultura, por los recientes créditos a la primera vivienda que están siendo sorteados en todo el país y el aumento del consumo (a pesar de la inflación) que viene favoreciendo la política económica no sólo en este sector sino también en las clases más necesitadas.
Por último, quiero señalar la falacia de comparar a los indignados españoles que marchan contra un ajuste brutal contra los sectores más necesitados, con esta manifestación que, si bien es cierto que no ha salido a la calle sólo por el dólar, lo hace con consignas bien diferentes de las del otro lado del océano: golpe bajo, que juega con la inocencia de la gente que en su afán de parecerse al primer mundo le importa un pito si la comparan con una vaca flaca y desnutrida mientras esa vaca sea una vaca rubia y europea.
La otra falacia es la de equiparar “organización” y “aparato”, estrategia discursiva inteligente con la intención de que el lector asocie negativamente esta igualación semántica con el lema del gobierno: “Unidos, organizados y solidarios”. Dice Sarlo: “¿Por qué se sostiene el kirchnerismo? En primer lugar porque ocupa por completo, casi sin fisuras, el aparato administrativo y económico del Estado.” Lógico, para eso tuvo el 54 % de los votos…. ¿Qué es lo criticable de esta afirmación? ¿Que construya poder con la legítima representación de los votos? Sólo construyendo poder se puede ir contra el poder. Y ella lo sabe. Y continúa: “porque se apoya en una vasta organización territorial, que representa a ese Estado en los últimos rincones de la sociedad, donde viven los que más sufren y los que más necesitan.” Sinceramente, no veo lo malo que hace el gobierno kirchnerista en esta frase. De hecho, la “organización” es consigna en el gobierno y debería ser visto como algo bueno tanto la administrativa como la económica como la territorial. Y concluye: “El aparato kirchnerista no permite desbande ni desmadre…” Equiparar el “aparato”, que es necesario desmantelar sobre todo en el conurbano bonaerense y que con toda razón se ha ido cargando semánticamente de manera negativa a lo largo de todos los gobiernos peronistas, con la “organización”, estrategia sin la cual un Estado no podría gobernar, ni legislar, ni dictar sentencias, ni ejecutar, es como poco una trampa discursiva a las que nos tiene acostumbrados la intelectual. ¿O es casual que use la palabra “aparato” como “sistema” o “estructura” en la primera ocasión y en su sentido peyorativo, dos renglones después? No lo creo.
Finalmente, quiero expresar que es un verdadero placer leer y discutir a Beatriz Sarlo, aunque ella nunca se entere. Claro que no siempre: no olvido las mediocres y soporíferas notas de Viva, la revista de Clarín, pero tampoco olvido sus clases en la Facultad ni sus seminarios sobre literatura argentina…
Ni sus libros sobre la memoria, cuando hablaba bien de la necesidad de otro tipo de poder y hacía hincapié en la necesidad de recordar para construir el futuro.
Hasta la próxima.
9 comentarios:
Dónde decía Althusser que recide el poder? Y Mises? Para pensarlo en relación a ciertas seguridades absolutas que plantea la nota.
Buen artículo, aunque mi visión personal, dada por mi recorrido variado, no me lleva a estar por completo de acuerdo.
Me cuesta comprender como no se usa la misa regla, me parece una trampa, una chicana intelectual, como le dicen hoy, quizás inconsciente. Pero más me cuesta comprender la violencia contra las personas, justificada en buenas intenciones. A veces pienso que la sociología olvida lo subjetivo del individuo. Si Bourdieu mismo plantea que el individuo no es consciente, cómo se espera no ejercer violencia? Cómo se tilda de mala persona, de malintencionada, a quien ve que avanzan contra sí cada día. Qué lugar queda para la persona en un mundo orquestado desde arriba por diseñadores alejados de las personas? (y no ignoro lo que se pueda decir de la mafia conservadora, pero no creo en poner eso en el mismo lugar que un sistema que respete los individuos y su intrínseco egoísmo, entendido como el yo, como sus deseos, sus anhelos, incluyendo el amor, y por ende no me refiero a la falta de ética, de honestidad y a la perversidad)
Espero se comprendan mis dudas, y que no sean tomadas como agresión, algo típico hoy en día.
Querida Laura:
Es un verdadero placer volver a leerte en tu blog. Doy fe que buscábamos juntas textos de esos libros de Sarlo con los que ilustrás tu artículo para enseñar discurso argumentativo a nuestros alumnos.
También sé que el que quiere pensar en este momento tan rico de nuestra historia tiene que salirse un poco de la inmediatez "me gusta- no me gusta" del Facebook, y tomarse los minutos y la paciencia para leer artículos como los de Verbitsky o los de Sarlo, o este tuyo.
Tiempo para pensar, para procesar esas ideas, sacar conclusiones propias y luego llevar esos argumentos a los debates. Que se pueda opinar sin ser tildado de K o antiK como un insulto. Ese es mi deseo.
Me entristece que se estén cruzando límites, con el respeto a la investidura presidencial, con el símbolo de las Madres y sus pañuelos, con la manipulación vergonzosa de la pobreza que hacen programas como el de Lanata o el de Majul. Tampoco me gusta cuando un programa como 678 hace un paralelismo simplista entre la Revolución Libertadora o Fusiladora y la manifestación masiva de la semana pasada. Me parece un golpe bajo innecesario y contraproducente. Este no es el país del ’55, pasó mucha agua bajo este puente. Se avanzó mucho en derechos humanos, quiero creer, para que a alguien se le ocurra interrumpir antidemocráticamente este gobierno.
Digo yo: ¿dónde están los diputados y senadores de los partidos opositores? ¿Por qué hay tanta gente que tiene que salir con la cacerola para hacerse oír? Me parece que los políticos, que nos representan a todos y que ocupan las bancas en el Congreso representándonos, tendrían que explicarnos un poco más y mejor las cosas que no entendemos. Quizás así nos sería más fácil a todos comprender los procesos.
Los que tenemos algunos años sabemos que no siempre en este país se pudo salir a la calle a manifestarse, y mucho menos hacer pública la opinión en estos nuevos medios masivos tan poderosos. Hagamos honor a esa libertad, respetando la ética o por lo menos el buen gusto.
Un abrazo y hasta pronto.
Estimado Carlos, bienvenido a este espacio en el que nos gusta discutir y en el que jamás consideramos agresivo al que no está de acuerdo con nosotros, al contrario, quien debate con argumentos, nos hace pensar y es bienvenido. Dicho esto, te cuento que no tengo muchas seguridades, sólo las imprescindibles para vivir, pero como en toda cuestión opinable uno se coloca en una posición desde la cual mira el acontecer político y trata de acercarse a él de la mejor manera posible.
No leí a Mises pero, cuando Althusser analiza al Estado y el poder, lo hace desde una visión marxista de la historia y en una coyuntura ligada a la herencia de un estado capitalista por parte de un estado comunista. Acá, en Argentina 2012, estamos hablando de un Estado capitalista que no se plantea ir más allá de reinsertar en el sistema a las clases históricamente expulsadas, incluso, para salvar al capitalismo de su propia autodestrucción. Creo que las relaciones de poder no son exactamente las mismas hoy que en la década del 60. Aunque considero absolutamente actuales su mirada sobre la violencia, porque si algo no ha cambiado en 50 años en el mundo y en nuestra sociedad es la lucha de clases. ¿Qué cosa más actual que cuando habla de la violencia que ejerce, en primer lugar, la clase dominante (y siempre habla de la predominancia del dominio económico sobre los otros dos: administrativo e ideológico) contra la clase dominada que, a su vez, responde a la violencia con más violencia para resistir tal dominio. Ahora, ¿cómo se lee esto acá y ahora? En las clases medias altas se leerá que el gobierno les quita sus privilegios y, por lo tanto, reacciona con violencia. En cambio, en las clases medias bajas (o desde sectores del gobierno) se leerá que el gobierno necesitó resistir con “violencia” el ataque que las clases históricamente dominantes ejercieron contra las clases bajas a las que hoy se intenta reinsertar en la sociedad. Por eso, siempre con dudas, me coloco en un lugar y desde ahí pienso y escribo. Y me pregunto: ¿Quién tiene o ha tenido durante décadas el poder real? ¿Los políticos?, ¿los medios de comunicación?, ¿los grupos económicos que han manejado este país a lo largo del siglo pasado? Hasta hace muy poco nadie dudaba (no en la Academia, sino en la calle) de que periodismo y verdad iban de la mano. Hoy, no sólo acá sino en todo el mundo, hay una crisis de la “verdad” como nunca antes en la historia de la comunicación y la gente ya no confía del todo en lo que ve en la televisión. No tengo certezas al respecto, pero sí memoria. Nunca olvidaré la ficción armada por televisión durante la guerra de Malvinas ni olvidaré que esos mismos medios fueron capaces durante años de gobernar a través de los nuevos políticos una vez desarmada la fuerza de resistencia a la violencia estatal. Por eso, para seguir con Althusser, desde el aparato ideológico, para este gobierno fue necesario tomar cartas en este asunto (uno de los mayores aciertos que, creo, ha tenido) no sólo para armar su propio “aparato” (en términos de Althusser) sino para poder gobernar sin la presión de ser destituido a la primera de cambio por los medios de comunicación. Fuerza de poderes. A eso me refiero cuando digo que sólo a partir de la construcción de poder puede irse contra el poder.
Un placer leerte, Carlos, y gracias por hacernos seguir pensando…
Lili querida! Estuve en stand by durante todo este tiempo un poco porque estuve ocupada en otro tipo de "escritura" pero otro poco porque emocionalmente me costó volver a este espacio después de lo de mi viejo. A él le encantaba leerme y me incentivaba constantemente para que escribiera... Por eso también, pasé poco por los blogs amigos...
Como casi siempre coincido con lo que decís. Algunos informes de 678 son impresentables, pero lo bueno es que quienes debaten en el panel, lo ponen en evidencia y esto que vos, yo o cualquier persona con dos dedos de frente le critica al informe, también se lo han criticado Mariana Moyano, Nora Veira y, sobre todo, Edgardo Mocca, que me parece lo más inteligente del panel.
Gracias, Lili, por colaborar siempre con tu lucidez y tu energía!
"Maravilloso" diría Virgina Lago
Por fin retomaste el blog! Y me parece un regreso excelente. La verdad es que había leído el artículo a las apuradas y sólo había prestado atención a las chicanas de siempre, pero ahora que leo tu análisis, es verdad que no es un artículo que esté acorde con los insultos y el odio de la marcha del jueves. Gracias por hacermelo leer de nuevo.
Carlos: no entiendo muy bien a qué te referís con "no se usa la misma regla, me parece una trampa, una chicana intelectual". ¿Hablás del texto de Sarlo o del análisis de Laura? Si es de este último, me gustaría saber dónde está la chicana...
Y después cuando decís: "Cómo se tilda de mala persona, de malintencionada, a quien ve que avanzan contra sí cada día. Qué lugar queda para la persona en un mundo orquestado desde arriba por diseñadores alejados de las personas?", no entiendo... a quién/quiénes te referís? Pregunto porque, en serio, no llego a comprender del todo tu comentario y como me parece interesante, quisiera entenderlo un poco mas.
Saludos, Laura, y volvé al ritmo...
Laura, recién pude pasar por tu blog nuevamente. Te agradezco con sinceridad tus palabras. Me ayudan a pensar, justo como titulaste la entrada. Siempre estoy buscando respuestas, digamos de distintos lados, pues trato de no cerrarme a leer y conocer por prejucio sobre autores o textos, me animo a abordarlos, aunque es algo laborioso.
Saludos y estaré leyendo por aquí.
Pedro, casi me iba sin responderte. Como decía arriba en el agradecimiento a Laura, soy de leer de distintos lugares y posiciones, lo que a veces, confieso, es una locura, por tratar de concertar o encontrar un lugar medio, lo que considere bueno de uno o de otro, pero en fin un poco abre la perspectiva, al menos lleva a comprender un poco desde donde hablan otros, sin prejuzgar que es desde mera conveniencia, deshonestidad o falta de ética.
Por ahí, justamente, viene lo que digo que muchas personas sienten que se le avasalla, desde un lugar psicológico digo. Porque lo que Laura bien habla de poder, violencia y lucha de clases (ella lo explaya muy bien), eso justamente no es consciente para la mucha gente, realmente no lo es, como decía en mi comentario. No piensa que está quizás "haciéndole el juego" a poderes de grupos mafiosos; es su sentimiento interior lo que lo mueve a reaccionar, es esa violencia que percibe contra si. Me estoy refiriendo a que no es pensado como algo de lucha de clase, si no como algo subjetivo, "avanzan contra mi", y cuando no es alguien
que la ha hecho de manera deshonesta, qué es es lo que va a sentir, injusticia, si no hizo nada desde su punto de vista, más que trabajar y esforzarse.
Así como el periodismo era verdad, por desconocimiento, así muchas cosas no les caen en la "ilusión de la transparencia".
Esto creo que no debería obviarse, incluso desde un lugar de estrategia política, pero sobre todo desde las consecuencias sociales, que terminan siendo individuales, psicológicas, para esas personas.
Diseñadores, lo decía de quienes olvidan ese espacio al pensar y ejercer políticas económicas y sociales. Y sobre todo parece que quienes preparan el discurso muchas veces lo olvidan.
Reconozco que quizás estoy confundiendo conceptos, o como bien se, la claridad para expresarlos nunca ha sido mi fuerte, más bien me manejo con ideas, principios, siempre me gusta hurgar en las bases de las ideas, filosofía y epistemología. Sin eso creo que se tienden muchas veces a confundir teorías con intenciones.
En fin gracias Laura y Pedro, tu preguntas también "me hacen pensar".
Aliverti también invita a pensar:
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-203553-2012-09-17.html
Gracias, Carlos, por tu aclaración!
Luis: Aliverti es desde hace más de 25 años mi periodista de cabecera. Lo sigo hasta cuando hace ese programa pedorro de boleros que se llama "Dos gardenias"
Este texto que citás, especialmente, lo escuché en vivo y en directo en su programa Marca de radio y pedí por facebook que lo publicaran completo porque me parecía una joyita que, por un lado, hacía que me sintiera totalmente identificada y, por el otro, me parecía tan políticamente incorrecto como el mejor de los textos políticamente incorrectos. Tanto me gustó que lo compartí en facebook más de una vez.
Ahora, Aliverti piensa como yo. Podemos confirmar una y otra vez nuestro lugar y regocijarnos escuchándonos los unos a los otros... Pero también hay otra opción: escuchar a quienes sabemos que nunca comulgarán con nuestras ideas pero, en ocasiones, tienen algo interesante que agregar a la discusión.
Cuando Sarlo dice que en 678 ponen fotos de gente fea a propósito, me la imagino a punto de ser internada en un manicomio porque la veo gagá. Pero cuando toma la pastilla, sigue siendo la intelectual lúcida (y gorila) que siempre fue.
Abrazo, Luis! (¿Te conozco?)
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