Siempre me resultó problemático el 8 de marzo como el "Día internacional de la mujer". Por un lado, conmemora una masacre histórica de mujeres obreras y constituye un reconocimiento de la explotación y discriminación que el género femenino sufrió y sigue sufriendo desde siglos a lo largo y a lo ancho de todo el planeta; por el otro, en ese "reconocimiento" que se ha instaurado socialmente y tiene la misma importancia que el "día del amigo" o el tilingo e importado "día de los enamorados", una puede presentir el gesto paternalista del "macho" que te palmea el hombro y te dice desde su alta tarima: "Feliz día, muñeca".
Una vez más... las palabras y las cosas...
Por este tipo de paradojas, las mujeres tenemos con el lenguaje heredado una relación problemática que ha sido objeto de discusiones teóricas en todos los ámbitos de la cultura occidental(*).
Hay, muy (pero muy, tanto que me da vergüenza plantearlo de este modo) resumidamente, dos maneras de pensar la relación entre el lenguaje y el mundo. Podemos pensar que las palabras son re-presentaciones de las cosas o que las palabras son las cosas (En las letras de rosa está la rosa / Y todo el Nilo en la palabra Nilo). En la primera de las posibilidades el lenguaje no es más que un mero instrumento de comunicación, de nominación del mundo; en la segunda, el lenguaje es cuerpo y es memoria, es política y es identidad. Por eso, a la hora de pensarnos como sujetos del lenguaje y no como meros objetos, las mujeres nos encontramos frente a la paradoja de construir nuestra identidad en la tensión entre la necesidad de decir y la imposibilidad de hacerlo desde una palabra dictada que se siente como extranjera, como ajena al propio decir.
Este cuestionamiento profundo a los cimientos del lenguaje (que, desde otro lugar han cuestionado también las vanguardias de principios del siglo pasado como el creacionismo y el dadaísmo) es un debate que, a pesar del tiempo transcurrido, aún sigue dando que hablar: ¿Existe una percepción femenina diferente del modo de percepción masculino? ¿Esa diferencia de percepción determina de algún modo una "manera de decir femenina" que se diferenciaría del "modo de decir masculino"? Y es que a la hora de enfrentarnos al lenguaje heredado y, a través de él, a toda una cultura construida a través de siglos y siglos de dominación masculina, las mujeres sentimos que el lenguaje tal como nos atraviesa desde siglos, ya no nos dice, pero tampoco podemos ni sabemos cómo desprendernos de él. Y es por eso que nuestra identidad se construye en esa tensión permanente entre el decir y el no decir, entre el lenguaje y el silencio, entre la escritura y la página en blanco...
Una vieja consigna feminista de los setenta, "Alicia ya no", se constituyó en bandera de la lucha de género en honor a la película de Martin Scorsese Alicia ya no vive aquí (1974), en que una joven mujer salía al mundo con su hijo en busca de su identidad. Hoy, desde la problemática de género, las mujeres sabemos que "ya no" somos eso que la cultura construyó acerca de nosotras (Ya no somos las "muñecas" del "feliz día") pero también tenemos plena conciencia de que "todavía tampoco" sabemos muy bien qué somos ni encontramos cómo decirnos: nuestra identidad quizás se construye en la búsqueda, en ese límite entre el "ya no" y el "todavía tampoco".
Hay mucho por hacer, mucho por pensar, pero al menos ya hace tiempo que nos hemos dado cuenta. En ese "darse cuenta" está la clave para seguir sumando y seguir pensándonos desde nuestra percepción y nuestra concepción del mundo que no es (no tiene por qué ser) igual a la forma de percibir el mundo masculina. Construyamos nuestra identidad pues, no desde una engañosa igualdad de géneros, sino desde las diferencias: esa construcción nos permitirá valorar lo que somos por lo que hacemos y entender por qué debemos seguir exigiendo (ahora sí) la igualdad de derechos y obligaciones en todos los ámbitos de la cultura.
Los modos en que las mujeres han logrado sortear la prohibición y la censura a lo largo de los siglos cuenta con miles de maravillosos ejemplos que sería imposible detallar en este espacio. Como prueba de ello, mi homenaje en palabras de Galeano a una de las más creativas, tristes y poéticas de la batalla universal:
"Los pies de Yang Huani habían sido atrofiados en la infancia. A los tumbos caminó su vida. Murió en el otoño del 2004 cuando estaba por cumplir un siglo. Ella era la última conocedora del Nushu, el lenguaje secreto de las mujeres chinas. Este código femenino venía de tiempos antiguos. Expulsadas del idioma masculino que ellas no habían podido escribir, habían fundado su propio idioma, clandestino, prohibido a los hombres. Nacidas para ser analfabetas, habían inventado su propio alfabeto hecho de signos que simulaban ser adornos y eran indescifrables para los ojos de sus amos. Las mujeres dibujaban sus palabras en ropas y abanicos. Las manos que los bordaban no eran libres. Los signos, sí.”
Eduardo Galeano"Los pies de Yang Huani habían sido atrofiados en la infancia. A los tumbos caminó su vida. Murió en el otoño del 2004 cuando estaba por cumplir un siglo. Ella era la última conocedora del Nushu, el lenguaje secreto de las mujeres chinas. Este código femenino venía de tiempos antiguos. Expulsadas del idioma masculino que ellas no habían podido escribir, habían fundado su propio idioma, clandestino, prohibido a los hombres. Nacidas para ser analfabetas, habían inventado su propio alfabeto hecho de signos que simulaban ser adornos y eran indescifrables para los ojos de sus amos. Las mujeres dibujaban sus palabras en ropas y abanicos. Las manos que los bordaban no eran libres. Los signos, sí.”
Ahora sí: Feliz día para las mujeres y para los hombres que aman verdaderamente a las mujeres.
Hasta la próxima.
Hasta la próxima.
(*) La problemática oriental en cuestiones de género como las de otros tipos de sexualidades (homosexualidad, travestismo, transformismo, etc) son cuestiones pendientes aún en el debate teórico.
16 comentarios:
Si hace falta un día de la mujer es porque todavía estamos a la sombra.
Sin embargo desde esa retaguardia muchas hemos salido al mundo a ganarnos el pan de cada día y regresar al hogar. Allí nuestra mirada construye un mundo: ordena camas, sacude el polvo, cuelga la ropa en los placares (reconociendo las medias de cada uno),inunda la casa con aroma de tostadas y estofados, cambia de lugar cada tanto los muebles y pone una flor.
Muchas de nosotras somos mujeres de puertas y brazos abiertos para que entre la vida porque nuestra casa es nuestro lugar en el mundo. Sin embargo también amamos los viajes compartidos porque el tiempo de los viajes es en 3D.
También nos exiliamos en viajes internos y nos perdemos en proyectos, sueños y entusiasmos. Allí, en ese lugar al que muy pocos pueden acceder, nos encontramos a escondidas con la niña que fuimos y que quiere que la dejemos salir a jugar.
Feliz día, entonces, a todas las mujeres a "las que les gusta ser mujer" y no necesitan escribirlo con lápiz labial cada día en el espejo para recordarlo.
Hola Laura!!! Hola mujeres!!!
Al igual que vos, realmente a mi me pone de mal humor esto del día de la mujer...
por momentos me siento en el mismo nivel que los animales!!! jajaja (el día del animal, el día de la mujer, etc..)
Ahora y a la distancia, me doy cuenta cuento cambió la sociedad!! hoy no se discute, por lo menos en nuestro mundo occidental la mayoría de los derechos de las mujeres.... y digo la mayoría porque de modo más oculto en cosas como salarios, crecimiento laboral.. todavía podemos notar diferencias..
Sin embargo, en nuestra adolescencia la mujer tenía como mandato social ser esposa y madre.. después si quería trabajar, lo aceptado era que lo hiciera en su casa...
por lo menos fue así durante los 70en especial entre la clase obrera, de donde provengo...
Yo no puedo evitar admirar a mi padre, un TANO que solo tenia tercer grado y una cultura rural heredada. Él nunca tuvo dudas de que yo tenía los mismos derechos que mi hermano varón.. (su hermano en Italia, no permitió a sus hijas mujeres estudiar.. solo lo hizo el varón). No puedo dejar de agradecerle todo su esfuerzo para que sus hijos sin diferencia de género estudiaran!!!!
Por otro lado, mi marido. Alguién que a pesar de sus machistas amigos, siempre me apoyó en todas mis locuras y no locuras..
Muchas de mis coetáneas fueron esposas y madres y me miraban con recelo..
Incluso.. un querido amigo, en una discusión me dijo "Los hijos deben estar con su mamá!!! para qué querés trabajar, por un auto más caro!!!"
A veces pienso... qué habrán pensado de él???
Por esto estoy de acuerdo con vos negra:
"Feliz día para las mujeres y para los hombres que aman verdaderamente a las mujeres".
Exacto, Lili! Por eso las mujeres gozamos de esa doble percepción que tiene que ver con la inteligencia y el poder de decisión sin perder de vista la emoción y la intuición. Ese mundo del "adentro" que tan bien describís y al que nos han recluido por siglos, nunca había sido interesante para el mundo exterior (el de la literatura, el arte o la política). Sin embargo,hemos logrado desde "El cuarto propio" o el "Orlando" en adelante resignificarlo a través de la experiencia femenina para mostrarlo al mundo como nuevo. En esa búsqueda de un lenguaje propio está la poesía escrita de mujeres, una de las formas más transgresoras del arte de los últimos tiempos, pero también está el bordado de las mujeres chinas o nuestra huella en el espacio interior que construimos a diario.
Gracias, Lili, por tu aporte siempre interesante.
Feliz dia por adelantado a una GRAN mujer que tanto admiro.
Ahora sí:
Profe, no estoy de acuerdo en eso de que las mujeres y los hombres vean el mundo de la misma aforma siempre, ni que siempre lo tengan que ver del mismo modo, ni tampoco de un modo diferente. No creo mucho en esa generalización. Ni que deban decir las cosas de la misma forma. Cada sexo, creo, ha construido su propio lenguaje (a pesar de lo que los tarados de mi genero les han hecho a ustedes) y sí, ese lenguaje a la sombra, censurada, aplastado, ha llegado a convertirse, a pesar del polvo y las rascaduras en un lenguaje con brillo propio, y se ha podido sacudir todo lo de encima. Me cuesta creer que en algún momento los sexos seamos iguales (gracias a dios, ¿se imaginan ustedes con un hemisferio menos jajaja) pero si creo que vamos camino (muy de a poco, como sirve en realidad) a tener igualdad de derechos y obligaciones. Eso sí, culturalmente hace falta más equidad. Eso es lo más dificil.
Yo celebro el día de mañana como un día de reivindicación de "el pecado más lindo que hubo en el Edén" y no creo que los machos bestias se los hallan entregado para calmarles un poco el hambre. Creo que ustedes, a fuerza de lágrimas y sudor y silencios se han savido ganar.
¡Vivan las mujeres! Espero verla en la semana.
Su alumno, Tomás.
Mi querido Tomás: Esa pasión que tenés por "deglutir" la información en lugar de digerirla con paciencia... Volvé a leer lo que escribí, volvé a leer tu comentario y después charlamos (Una pista: dije todo lo contrario a la idea de que hombres y mujeres percibimos el mundo de la misma manera)
Con respecto a los que vos llamás los "tarados" de tu género merece una reflexión aparte.
En primer lugar, diferenciemos las cateforías de "sexo" y "género". Mientras el primero alude a una cuestión biológica (se nace hombre o mujer), el otro alude a una construcción cultural. Por lo tanto, cuando hablamos de "género" hablamos desde una perspectiva simbólica, no desde una problemática individual. (Esto creí que había quedado aclarado en la entrada anterior) Por eso los "hombres" lejos de ser victimarios, son también víctimas del poder patriarcal que los ha reprimido a lo largo de los siglos al menos en la expresión de la emoción y los sentimientos. Por este mandato social, muchos hombres (y mujeres) tienden a confundir "sensibilidad" con "fragilidad", por ejemplo.
Acá no se trata de una guerra de hombres contra mujeres sino de una reivindicación de igualdad de derechos a partir no de convertirnos en una "copia" del hombre con la ilusoria pretensión de ser iguales a ellos sino todo lo contrario: la búsqueda de la identidad debe basarse en las diferencias que son lo que hacen que seamos lo que somos y no otra cosa.
Un beso enorme, Tomás, y nos vemos en la semana!
Como todo relato enmarcado, la Buena Pipa, es una pila de estructuras; a ella le van como anillo al dedo las efemérides y le encanta pensar que si no hay un día del Hombre es porque todavía no encontraron a ninguno digno de ser distinguido con un día... bue.... (esto lo agregan las chicas de la Cofradía que son unas desconfiadas históricas, ellas le vieron los hilos al teatro de marionetas y no se creen UNA , las muy guachas... Ojalá cualquier día de estos pierdan la memoria y se relajen más)
Me encantó el análisis del Día Internacional de la Mujer. ¡Brillante como siempre!
Una vez una tía que tengo, me puso a mí ( a la que escribe) en una lista de mujeres fuertes; pasaron muchas cosas después de esa lista, pero como la de Schindler, creo que pertenecer a esa lista (de prestado, porque ni en pedo soy fuerte, soy resistente nomás)me dio alas nuevas, tan nuevas que, a veces, siento que no tengo techo... A esa tía, a ese nombre que fui en la lista y a la que soy ahora (la escribiente rebelde de la Buena Pipa): FELIZ DÍA.
Y no me importa que no les guste festejar este día NO ME IM POR TA.
Feliz feliz feliz feliz feliz día.
Después de todo si los animales tienen día y los hombres no, algún mérito tendrán.
LBP
Jajaja! Qué sería de este blog sin los toques de humor de la buena pipa?!
Dice la tía que así como no olvida las traiciones, mucho menos olvida las lealtades y que la lealtad es sólo condición de los fuertes y que por fuertes y leales las quiere a las dos: a la que estaba en la lista y a la que es ahora!
Para sumarme a la mayoría, no festejo ni conmemoro el día de la mujer (aunque ya contesté educadamente varios mensajes en este sentido). Creo que históricamente lo que más me molestaba de esta fecha era reconocer como una verdad lo que dice Eleonora, si hay un día es porque seguimos siendo una minoría social. Y me molesta no solo porque es terrible que lo sea, sino porque creo que el lenguaje crea la realidad ("el lenguaje es cuerpo y es memoria, es política y es identidad").
Además, no dejan de volver a mi memoria cada 8 de marzo los años de militancia universitaria cuando,anualmente, cada día de la mujer un compañero nos traía a cada una de nosotras una rosa roja... Yo agradecía con una sonrisa, la ponía en un florero de Publicaciones o de alguna oficina "nuestra" del segundo piso y me sentía... como los protagonistas de la actual publicidad de la leche chocolatada. Como se imaginarán ese recuerdo no ayuda para que me reconcilie con la fecha (y aclaro que las rosas me encantan. De hecho, tengo un rosal).
¡Es que sí somos tarados profe! jajaja. Por más que es verdad, tiene razón.
Y sí, soy demasiado apasionado. Eso es un problema.
De todas formas el comentario que escribí no eran mis discrepancias, si no pensamientos, lo que me pareció de lo que lei. Realmente NO SE en este tema jajaja. No se si las muejres y los hombres deben opensar igvual. Probablemente no. Aunque no se...
De todas maneras usted tiene razón: soy REACCIONARIO. jajaja
Y a pesar de que pienso que somos tarados, debod ecir que me quedó claro ese estigma que tenemos cuando interpretamos "El hombre de la esquina rosa" creo, que dijimos que el hombre sufre el mandato de tener que ser EL MACHO. Aunque, hoy me pregunté:
¿El dia de la mujer, no implica desigualdad? ¿No genera que tratemos a las mujeres con diferencias?
¡Voy a releer el artículo de todos modos!
Profe, a mñi tambiñen me hará falta agua para apagar tanto fuego?
Un abrazo!!
mmm... igual puede ser que lo haya leido mal jajaja
perdón profe, ando más apasionado que de costumbre (eso es bueno)
Un gran abrazo! Feliz dia!
Bueno, yo entraba para decir un "Feliz día para todas " y nada más, pero creo que si hago eso me van a tirar más de una piedra después de haber leído la entrada. Y sí, la sociedad es machista en sus orígenes y por más que ahora se hable de los mismos derechos e igualdad siempre van a quedar cenizas de la concepción y el mito del "sexo débil". También, como bien decís, la bandera de la igualdad no conlleva en su consigna que los hombres y mujeres somos iguales porque eso sería sencillamente una mentira; por suerte somos diferentes y a partir de esas diferencias es que se puede construir una sociedad más justa en la que no se descalifique por esas mismas diferencias.
Por otro lado me encanto el texto de Galeano, gracias por compartirlo.
Ahora sí, feliz día para todas!
Lautaro
Hola “mujeres”…y hombres también claro.
Nada muy elaborado para la ocasión, pero más allá de placeres o displaceres por la celebración creo que hay que saludar (a Laura por) la iniciativa de seguir profundizando y complejizando este debate. Igualdad o reafirmación en las diferencias…¿podría ser una fórmula dicotómica de las grandes posiciones al respecto? De las diferencias hablan claro los cuerpos, pero el problema es que en ellas también abundan esas visiones dulzonas y romanticonas que exaltan los estereotipos de la mujer-ternura, la mujer-madre, la mujer-hogar, verdadera “estrategia de la consolación” en la que caemos orgullosas después de deslomarnos, de igual a igual eso sí, en la calle, el trabajo, en la vida, cuando llegamos a casa y tenemos que sentirnos “mujeres” frente a maridos, hijos, amantes, amigos y parientes. El mercado, que antes nos sometía con la discriminación lisa y llana, ahora nos somete con más sutileza pero con redobladas exigencias…Y aquí las palabras, los símbolos, quizás hayamos perdido aquel lenguaje “de mujeres” hecho por las marginadas de todo sólo para ellas, y eso probablemente sea una gran noticia…estudiamos, nos destacamos en todo, somos presidentas…pero resistamos la inculcación de un nuevo lenguaje hecho sólo para nosotras como consumidoras diferenciales, ese lenguaje que mezcla la calidez del hogar con la venta de electrodomésticos, la cosmética con la tersura de una piel deseable, el instinto materno con todo lo inservible para niños y la adulación de nuestras mejores características femeninas con la híper exigencia de ser trabajadoras competentes, devotas esposos, madres…y bellas…
Me acuerdo de una publicidad que están pasando…un nene le pregunta a la madre ¿qué significa frustración?...encontrar manchas en la ropa recién lavada, contesta la atormentada mujer. Esa repugnante, humillante y aborrecible escena muestra sin embargo una gran verdad: somos nosotras las mujeres, principalmente, las que les enseñamos las palabras a nuestros hijos/as. Y creo que sigo eligiendo aprender y enseñarle a mis hijos el verdadero significado de la palabra IGUALDAD entre todos los seres humanos.
Besos Laura. LH
Absolutamente de acuerdo con Otra con respecto a lo que dice. Se me ocurre que esa rosa roja es muy parecida al “muñeca” del “feliz día” de que hablaba en esta entrada.
¡Hola, Lali! ¡Bienvenida a la charla!
Esa publicidad es impresentable. En casa, cada vez que aparece cambiamos de canal. Es una falta de respeto no sólo hacia las mujeres sino también hacia los chicos que de ninguna manera reciben tan pasivamente semejante estupidez como respuesta.
Creo que no se trata de una dicotomía, al menos como intenté plantear el problema: que somos diferentes (y no sólo biológica sino también culturalmente) a esta altura de la discusión de género no hay quien lo niegue al menos en el discurso teórico. Cuando hablé de “igualdad” hablé en el ámbito del Derecho. Las “visiones dulzonas” de las que hablás, me parece, no tienen que ver con los cuerpos (entendidos como herencia biológica) sino con construcciones culturales sobre esos cuerpos que son precisamente las que los estudios de las cuestiones de género intentan volver conscientes para poder “deconstruirlas” (en el caso del lenguaje que es el tema que nos atañe en este espacio: llegar al fondo, al balbuceo, al silencio, si es necesario, para, desde el fragmento, reconstruir nuestras propias versiones). Pensemos que no hay universidad seria en el mundo occidental que no albergue en su seno un departamento de Género. Sin embargo, todavía hoy, la resistencia del sistema a estos cambios sigue haciéndose sentir. Sin ir más lejos, no es casual la gran cantidad de chistes machistas que han proliferado a lo largo del siglo pasado como reacción (¿inconsciente? Todos sabemos lo que Freud dice con respecto al chiste…) a la inserción de la mujer en el mundo laboral, en el mundo público. Pero también sigue habiendo “serias” reacciones bajo el pobre argumento de la “banalidad” o la “innecesariedad”, incluso de una supuesta “impostura” frente a la ley de Educación que exige el uso de los dos géneros para referirse a los alumnos y las alumnas, los profesores y las profesoras, los padres y las madres… Y sin embargo, esta medida implica el reconocimiento de que los modos de decir no representan los cambios sociales ni están en función de la igualdad de derechos entre los géneros.
Sigo acá abajo (¡¡blogger. com no me deja hablar!! Otra que balbuceo, nena!! jaja!!)
Tampoco son casuales los motes que últimamente vengo escuchando para referirse a la presidenta como “yegua montonera” o “maestrita” o “puta soberbia” que nada tienen que ver con críticas racionales (que sí son constructivas) hacia su gobierno. Como muestra de la reacción que la tendencia a la igualdad de los géneros provoca en ciertos sectores de la sociedad los invito a leer un artículo de Página 12 del domingo que se llama “Las nenas con las nenas” en esta dirección: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-141524-2010-03-07.html (Escucho comentarios)
Con respecto al relato de Galeano, obviamente estamos hablando de un caso extremo, pero me pareció un ejemplo muy valioso de resistencia frente al “amo”, lo que Josefina Ludmer llama “las tretas del débil” cuando se refiere (si mal no recuerdo) a la “Carta a Sor Filotea” de Sor Juana Inés de la Cruz, es decir, a los mecanismos lingüisticos que tan inteligentemente usa Sor Juana para sortear la censura y la falta de libertad. Ya no necesitamos de esas “tretas” porque, al menos en Occidente, hace rato que dejamos de ser “débiles”. Sin embargo, marca (como el lenguaje de las mujeres chinas) un camino de lucha y de resistencia a la desigualdad.
Me encantó, Lali, lo de “estrategias de la consolación” y comparto absolutamente este concepto. Sin embargo, sobre todo en las últimas décadas, muchas mujeres hemos conseguido, además de estudiar, trabajar y participar de la vida pública, separarnos de esas imágenes de mujer-madre, mujer-ternura de las que hablás para dar espacio a los hombres en el terreno doméstico, en el mundo privado, que por siglos le fue “negado” al varón, para que él también acceda al placer de la paternidad, de la ternura y del hogar. Porque yo creo que no se trata de repudiar un supuesto “instinto” materno que no es instinto, insisto, sino construcción cultural, sino de considerar entre todos nuevas maneras de relacionarnos que lleven a un equilibrio más justo tanto en el ámbito privado como en el público.
Por último, creo que la lucha por la igualdad de todos los seres humanos es una lucha indeclinable que de ningún modo se ve empañada por las cuestiones de género. Son luchas paralelas que, incluso, se retroalimentan. Creo fervientemente que las diferencias de derechos entre los géneros no puede ni debe esperar a que la “revolución” genere, como su consecuencia natural, la igualdad entre hombres y mujeres.
¡La pucha, che! ¡Cómo me hacen pensar! ¡Los sigo leyendo!
Saludos a todos!
“Ahora sí: Feliz día para las mujeres y para los hombres que aman verdaderamente a las mujeres”
¡Ah, sí, sí!... Gracias, yo amo “verdaderamente” a las mujeres
Amo a las mujeres cuando con las mismas manos que acarician a sus nietos, reparten el pan en las mesas de Pascua, señalan con ira a los verdugos o cierran los párpados de los que cometen el acto imperdonable de morirse.
Amo a las mujeres que mueven sus caderas por Barcelona o Estambul o por las vaginales ruinas de Babilonia, amo a Llilith en ellas, amo la despiadada luna que hay en ellas, esa luna que intenta, vanamente, iluminar todas y cada una de las imperfecciones de esta noche en la que se pudren los aceites primarios y se derraman sobre seis mil millones de cabezas en un ungimiento soñado, irrelevante. ¡Ay, esta noche!... ¡Quién fuera mujer y estar despierta!
Amo a las mujeres que aplauden los giros inacabados de Fred Astaire en la pantalla opaca de cualquier pueblo en blanco y negro, porque cine somos y al cine hemos de volver. Las amo cuando ríen, cuando lloran o cuando llaman al benéfico dragón que calienta con su aliento las tierras del invierno…
No creo que haya pasado un solo segundo de mi vida sin amar a una u otra mujer, porque amándolas me amo, me completo, me descubro… Digamos; soy el somos, aunque dicho así, en frío, quede feo. Mejor con un café, o, según sea, en una cama, bajo una sábana, que, mire usted, no es santa, pero puede ser, a veces, la piel del Universo.
En cuanto a la parte reivindicativa o de denuncia de tu artículo (certero es la palabra) sólo un deseo, espero que algún día sea innecesario.
En cuanto a la existencia o no de un lenguaje femenino: …
En cuanto a la meteorología, ha nevado demasiado en Barcelona.
En cuanto al fútbol, el Barça la está cagando.
Et toute ça sorte de choses…
Hasta la próxima
Heriberón 1.500 mgs (y subiendo)
IM-PRE-SIO-NAN-TE, poeta!! GRACIAS!! (sobre todo por el informe meteorológico en Barcelona)
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